La producción de cacao es parte de los medios de vida de las comunidades nativas de Ucayali, Perú. Foto: Aguila Guerrero/CIFOR

Por qué la clave para evitar más pandemias podría depender de un cambio en nuestros hábitos alimenticios

Un nuevo informe analiza los factores que favorecen la aparición de enfermedades zoonóticas y su expansión

This post is also available in: Inglés

La velocidad con la que aparecen nuevas enfermedades entre animales está en aumento, al igual que la velocidad con la que estas enfermedades se transmiten de otros animales a los humanos. Un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Instituto Internacional de Investigación Ganadera (ILRI por sus siglas en inglés) analiza las razones de este fenómeno con el fin de contribuir con la nueva política de salud que se está desarrollando para enfrentar los riesgos de pandemias futuras.

Según el centro de Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos, las enfermedades zoonóticas, aquellas que se transmiten de otros animales a los humanos, representan el 65 % de todas las enfermedades infecciosas, así como el 75 % de las enfermedades infecciosas emergentes, es decir, aquellas enfermedades antes desconocidas, como zika, ébola, SARS y COVID-19.

Un nuevo informe, titulado “Prevención de la próxima pandemia: enfermedades zoonóticas y cómo romper la cadena de transmisión”, señala siete formas específicas en que los humanos están contribuyendo al riesgo de nuevas pandemias, que en gran medida están relacionadas con la alimentación y la agricultura: la creciente demanda de proteína de origen animal por parte de los seres humanos, la intensificación agrícola no sostenible y los cambios en los sistemas de suministro de alimentos.

Esas tendencias se están produciendo principalmente en los países de ingresos medios y bajos de Asia meridional y África subsahariana, donde también ha habido un importante crecimiento demográfico.

“A menos que encontremos las causas del origen de estas enfermedades emergentes, seguiremos viendo un incremento en su número y, ya sea por probabilidad o estadística, es casi seguro que alguna de ellas será peor que el COVID-19”, señala Delia Grace, autora principal del informe, epidemióloga y veterinaria senior en ILRI.

Según el informe, la demanda de carne ha estimulado la intensificación e industrialización de la producción de animales, lo que trae consigo aún más repercusiones. La crianza intensiva da como resultado un gran número de animales genéticamente similares que son mantenidos muy cerca unos de otros, lo que los hace más vulnerables a infecciones.

El informe también explica cómo los humanos adquieren zoonosis de otros animales de manera indirecta, por ejemplo, al consumir animales infectados. Por lo tanto, la creciente comercialización y consumo de animales silvestres se convierte en otro elemento de este problema complejo, que es estimulado por el desarrollo y la urbanización.

Cuando la cantidad de población humana era menor y las áreas rurales estaban menos conectadas a las ciudades, la carne de monte se consumía de manera más sostenible.

Pero, a medida que se abren caminos para la tala y la minería en entornos previamente intactos, dice Grace, “también se crea una forma de llevar esta carne de monte, que antes se habría consumido localmente y de manera limitada, a ciudades en crecimiento, donde a menudo es considerada exótica o un símbolo de estatus. La gente paga más por ella, y eso, por supuesto, es muy atractivo para personas que viven en situación de pobreza”.

Actualmente, se consumen unos 6 millones de toneladas de carne de monte cada año solo en América Latina y África, señala el informe. Debido a este cambio en los sistemas alimentarios, “las cosas son [hoy] radicalmente distintas, en formas que probablemente fomenten la aparición de nuevas enfermedades”, dice Grace.

Al mismo tiempo, nuevos asentamientos e infraestructura están empujando a las personas y al ganado hacia los hábitats de la vida silvestre, lo que no solo pone a los humanos en contacto con animales que albergan patógenos peligrosos, sino que también provoca una gran pérdida de biodiversidad.

A medida que la biodiversidad en estas áreas disminuye, se activa un proceso conocido como “efecto de dilución”, en el que los virus comienzan a propagarse con mayor rapidez dentro de una misma especie, ya que existen menos especies distintas que puedan “diluir” la infección.

Las regiones tropicales boscosas de alta biodiversidad suelen ser hábitats de muchas de las especies de origen de patógenos de enfermedades infecciosas, incluidos animales como chimpancés y gorilas, así como murciélagos, ratas e insectos. Thomas Gillespie, ecologista de enfermedades de la Universidad de Emory, indica que es en estas áreas “donde esperamos el mayor riesgo de propagación de enfermedades, tanto porque son lugares donde los nuevos patógenos están en la naturaleza, como porque es donde la demanda de proteína animal está en aumento”.

El cambio climático y el aumento de los viajes y el transporte también están contribuyendo a la aparición de nuevas zoonosis. “Ninguno de estos patógenos respeta las fronteras internacionales”, dice Gillespie.

El informe también aboga por prevenir y responder a los brotes de enfermedades integrando la experiencia médica, veterinaria y ambiental, que una serie de organizaciones globales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud y diferentes organismos de la ONU, han unificado bajo el enfoque de “Una Sola Salud” (One Health).

“Se trata de acabar con las perspectivas aisladas al considerar los importantes procesos biológicos que están ocurriendo, así como los procesos culturales que llevan a que los patógenos se transmitan entre especies, y también cómo esos patógenos pueden propagarse una vez que dan el salto”, señala Gillespie. “En realidad, nos enfrentamos a la necesidad de integrar nuestro conocimiento sobre enfermedades humanas, enfermedades animales y cómo los entornos en los que vivimos y que compartimos contribuyen a [esta situación] o pueden terminar convirtiéndose en soluciones”.

BE PART OF THE MOVEMENT

Finally…

…thank you for reading this story. Our mission is to make them freely accessible to everyone, no matter where they are. 

We believe that lasting and impactful change starts with changing the way people think. That’s why we amplify the diverse voices the world needs to hear – from local restoration leaders to Indigenous communities and women who lead the way.

By supporting us, not only are you supporting the world’s largest knowledge-led platform devoted to sustainable and inclusive landscapes, but you’re also becoming a vital part of a global movement that’s working tirelessly to create a healthier world for us all.

Every donation counts – no matter the amount. Thank you for being a part of our mission.

Sidebar Publication

Related articles

Related articles